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Trump defiende a Bin Salmán sobre el asesinato de Khashoggi: “Son cosas que pasan” en una reunión cargada de simbolismo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió este martes 18 de noviembre de 2025 al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salmán (MBS) ante las acusaciones de la CIA que lo señalan como responsable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, minimizando el incidente durante una recepción con honores en la Casa Blanca. En el Despacho Oval, ante la prensa, Trump intercedió cuando un reportero de ABC preguntó por qué los estadounidenses deberían confiar en MBS dada la conclusión de inteligencia de que aprobó la operación que resultó en la muerte y descuartizamiento de Khashoggi en el consulado saudí de Estambul. “Él no sabía nada al respecto y podemos dejarlo así. No tienes que avergonzar a nuestro invitado con estas preguntas”, respondió Trump, añadiendo: “Mencionas a alguien que fue extremadamente polémico. A mucha gente no le caía bien ese señor del que hablas; te cayera bien o mal, son cosas que pasan”. Esta es la primera visita de MBS a Washington desde el crimen, y llega en un momento de rehabilitación de su imagen global, con Trump priorizando alianzas estratégicas sobre derechos humanos.

Un "gran error" para MBS, pero orgullo mutuo en derechos humanos para Trump

Por su parte, MBS calificó el asesinato como un “gran error” y “doloroso”, asegurando que Arabia Saudí lo investigó “adecuadamente” y prometiendo que “no volverá a ocurrir”. “Estamos haciendo todo lo posible para que no vuelva a ocurrir”, declaró el príncipe, quien ha negado desde el principio su implicación directa, aunque la CIA concluyó en 2021 que aprobó la operación dada su control sobre los aparatos de seguridad saudíes. Minutos antes, Trump elogió a MBS como un “amigo muy respetado” y “muy buen amigo” desde hace tiempo, afirmando que ambos están “muy orgullosos el uno del otro” por su labor en derechos humanos y que “siempre hemos estado del mismo lado en todos los temas”. Esta declaración contrasta con denuncias de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que reportan un deterioro en Arabia Saudí: más de 170 ejecuciones en 2025 (récord histórico) y represión a la disidencia, incluyendo arrestos de activistas y periodistas.

Contexto histórico: De la minimización de Trump a la "paria" de Biden y vuelta a la normalidad

El encuentro, con honores cercanos a una visita de Estado —incluyendo flyover de jets, banda militar y cena de gala—, marca un punto alto en las relaciones EE.UU.-Arabia Saudí tras siete años de tensiones por Khashoggi, un columnista de The Washington Post y crítico del régimen saudí que fue asesinado por un equipo de 15 agentes enviados desde Riad. En su primer mandato, Trump minimizó la responsabilidad saudí para preservar la alianza estratégica —económica y militar—, rechazando sanciones pese al informe de inteligencia. Biden, en 2021, lo tildó de “paria” y liberó el informe de la CIA, pero en 2023 se reunió con él en Riad para discutir petróleo y Yemen, suavizando la postura ante presiones energéticas.

Ahora, en su segundo término, Trump retoma la calidez: MBS llegó con promesas de casi 1 billón de dólares en inversiones en EE.UU., discusiones sobre F-35 y cooperación en IA, seguridad nuclear y el Abraham Accords (normalización con Israel, condicionada a un “camino claro” para Palestina).

La viuda de Khashoggi, Hanan Elatr Khashoggi, expresó “dolor” por la bienvenida a MBS: “Es muy doloroso para mí”, dijo a CNN, recordando que el crimen ocurrió en un consulado saudí y que su esposo era residente estadounidense. Organizaciones como Amnistía critican la “impunidad” que fomenta la represión saudí, mientras The Washington Post —donde trabajaba Khashoggi— no ha respondido aún, pero editores pasados lo han calificado de “escandaloso”.

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