La elección de Bad Bunny como estrella principal del espectáculo de medio tiempo de la Super Bowl 2026 ha desatado una fuerte controversia en sectores conservadores de Estados Unidos. Más de 100,000 personas han firmado una petición en Change.org que exige a la NFL reemplazar al artista puertorriqueño por el cantante de country George Strait. Los impulsores de la campaña alegan que Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, no representa los “valores familiares” que deberían caracterizar el evento deportivo más importante del país.
El conflicto trasciende lo musical y se enraíza en posturas políticas e identitarias. Los críticos señalan la actitud desafiante del artista, recordando su comentario en Saturday Night Live cuando dijo sobre su uso del español: “Y si no entendieron lo que acabo de decir, tienen cuatro meses para aprenderlo”. Esta postura, sumada a su histórica crítica a las políticas migratorias de Donald Trump y su defensa de la identidad latinoamericana, ha generado un rechazo frontal en grupos nacionalistas. El propio Trump calificó la elección de “absolutamente ridícula”, afirmando que “nunca había oído hablar” del artista.
La alternativa: George Strait y un espectáculo paralelo
Como respuesta a lo que consideran una imposición cultural, los organizadores de la campaña proponen al legendario músico George Strait como alternativa, destacando sus “más de 60 éxitos número uno y más de 40 años en la industria”. La organización conservadora Turning Point USA ha anunciado que producirá un espectáculo paralelo al de la Super Bowl en señal de protesta, marcando una batalla cultural que divide a los estadounidenses frente a lo que consideran una politización del entretenimiento y una celebración de su tradición musical.

