El canciller alemán Johann Wadephul aterrizó en Bolivia con una agenda cargada de optimismo, reunido con autoridades locales, empresarios y hasta el presidente Rodrigo Paz Pereira. En el centro de las conversaciones brilla el litio, ese “oro blanco” que posiciona a Bolivia como potencia mundial en reservas. Wadephul ratificó el interés de Alemania en su industrialización a través de un consorcio australiano-alemán ya presente en el terreno, listo para explorar yacimientos y abrir caminos de cooperación. “Queremos facilitar accesos, pero necesitamos seguridad jurídica para las inversiones”, enfatizó, destacando un clima de respeto mutuo y sostenibilidad ambiental.
El respaldo alemán llega en un momento clave para el “nuevo comienzo” boliviano bajo Paz Pereira, quien acaba de posesionar ministros y convoca a un Acuerdo Nacional del Bicentenario. Este plan ambicioso busca reformar leyes de hidrocarburos y minería en solo seis meses, atrayendo capital fresco para superar la crisis económica. Wadephul aplaudió esta reapertura al mundo desde Colombia, señalando las “grandes esperanzas” del pueblo por prosperidad y estabilidad. Además, abrió la puerta al acuerdo UE-Mercosur, que podría impulsar el comercio bilateral una vez Bolivia se integre plenamente como miembro.
En resumen, esta visita no es solo protocolo: es un puente hacia energías renovables y crecimiento compartido. Alemania ve en el litio boliviano una oportunidad estratégica, mientras Bolivia gana un aliado europeo para diversificar y fortalecer su economía. Con diálogo fluido y compromisos concretos, ambos países apuestan por un futuro verde y próspero, ¡donde la sostenibilidad y la inversión vayan de la mano!

