Tras haber conquistado las montañas más altas de América vistiendo sus tradicionales polleras, las Cholitas Escaladoras “Trekking Maya” enfrentan ahora un nuevo desafío: la formalización de su emprendimiento. Este grupo de mujeres indígenas aymaras de la comunidad de Cañaviri (La Paz) no solo ha escalado los 6.962 metros del Aconcagua, sino que ha derribado barreras de género y discriminación, creando oportunidades de desarrollo para 15 mujeres de su comunidad como guías de turismo, cocineras de alta montaña y artesanas. Su líder, Ana Lía “Lita” Gonzales, lo expresa así: “Las montañas siempre han estado en mi vida y me permiten en cualquier parte del mundo flamear mi pollera y representar a la mujer aymara”.
La formalización: la próxima cumbre por alcanzar
A pesar del reconocimiento internacional y el apoyo de agencias de la ONU como ONU Mujeres y el Programa Mundial de Alimentos, la falta de formalización limita su crecimiento. “Formalizarnos nos va a abrir espacio a más trabajo, a tener un salario justo”, explica Lita. En un país donde el 80% de la población trabaja en la informalidad, este paso es crucial para acceder a financiamiento, establecer alianzas institucionales y mejorar sus condiciones laborales. La OIT las acompaña en este proceso brindando asistencia técnica para fortalecer su estructura organizativa y plan de negocios, un avance significativo considerando que las mujeres indígenas en Bolivia enfrentan una brecha salarial del 31% y que más del 85% depende de la economía informal.
Con esta nueva meta, las Cholitas Escaladoras demuestran que su lucha va más allá del deporte extremo. Como reflexiona Lita: “Ser Cholita Escaladora significa alcanzar las cimas. Pero ahora, ser Cholitas formalizadas significa abrir caminos para todas”. Su historia inspira no solo por lo que han conquistado en las montañas, sino por el camino de justicia social y empoderamiento que construyen para las mujeres indígenas.

