¡Qué revuelo en el mundo de los medios! La BBC, esa institución británica de periodismo impecable, se ha visto obligada a disculparse públicamente con el presidente Donald Trump por un documental que salió mal… muy mal. Todo gira en torno a “Trump: ¿Una segunda oportunidad?”, emitido en octubre de 2024, donde una edición del discurso de Trump del 6 de enero de 2021 —ese fatídico día del asalto al Capitolio— lo hizo sonar como un llamado a la rebelión. En lugar de mostrar el contexto completo, el clip unió frases para que pareciera decir: “Vamos a caminar hasta el Capitolio… luchamos con todo”. Trump, furioso, lo tildó de “hermoso y calmado” discurso distorsionado, y amenazó con una demanda millonaria de US$1.000 millones si no lo retiraban y pedían perdón antes del viernes.
La cadena actuó rápido: su presidente, Samir Shah, envió una carta personal a la Casa Blanca lamentando el “error de juicio”, y un portavoz confirmó que no volverán a emitir el documental en ninguna plataforma. Aunque rechazan que sea difamatorio —y por ende, niegan compensaciones—, el daño ya estaba hecho. La controversia explotó con una filtración interna, provocando la renuncia de la directora de BBC News, Deborah Turness, quien defendió a su equipo de acusaciones de sesgo pero admitió que el escándalo hería a la “institución que amo”. La junta directiva, criticada por su lentitud, enfrenta ahora una crisis que remueve dudas sobre imparcialidad en la cobertura de Trump.
En este baile de egos y ediciones, Trump suma otro capítulo a su historial de amenazas legales (ha demandado a NYT y WSJ, pero no siempre sigue adelante). Para la BBC, es un recordatorio amargo: en la era de la posverdad, un corte equivocado puede costar reputaciones. ¿Lección aprendida? Ojalá, porque el periodismo libre necesita precisión, no titulares sensacionalistas. Mientras tanto, Trump celebra una “victoria” mediática, y Londres lidia con las secuelas de un tropiezo que duele.
