¡Un nuevo capítulo en el eterno thriller de Jeffrey Epstein! El 12 de noviembre de 2025, los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de EE.UU. soltaron más de 20.000 páginas de documentos del patrimonio de Epstein, incluyendo tres cadenas de correos que mencionan directamente al presidente Donald Trump. Entre ellos, un email de abril de 2011 que Epstein envió a su socia Ghislaine Maxwell —condenada a 20 años por tráfico sexual— describe a Trump como “el perro que no ha ladrado”. Ahí, Epstein afirma que una víctima anónima (cuyo nombre fue redactado) “pasó horas en mi casa con él, y nunca una vez ha sido mencionado”. Esas palabras, con sus errores tipográficos y todo, pintan un cuadro incómodo de cercanía, aunque sin acusaciones directas de abuso.
El bombazo no para ahí: en otro correo de 2019 a Michael Wolff, autor de libros sobre Trump, Epstein suelta que “por supuesto que él sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”. Wolff y Epstein incluso especulan sobre cómo manejar preguntas de CNN sobre su relación, con Wolff sugiriendo que negar visitas a la casa o al avión de Epstein podría ser “moneda política valiosa”. Estos mensajes, liberados en medio de una investigación sobre un supuesto encubrimiento de la Casa Blanca, avivan el fuego de un caso que Epstein dejó ardiendo al morir en prisión en 2019. Los republicanos contraatacaron horas después, publicando el resto de los archivos y acusando a los demócratas de filtrar selectivamente para “difamar” a Trump, identificando a la víctima como Virginia Giuffre —fallecida en abril de 2025—, quien siempre negó haber visto a Trump involucrado en irregularidades y lo describió como “amable” en sus interacciones limitadas.
Trump, fiel a su estilo, desestimó todo como un “engaño” demócrata para distraer de la crisis del shutdown gubernamental, sin tocar el contenido de los emails. Aunque él insiste en que rompió con Epstein en los 2000 (dos años antes de su primer arresto) y niega cualquier delito, estos documentos reavivan dudas sobre su rol en el círculo del magnate. La BBC y otros medios siguen desmenuzando los miles de archivos, mientras una petición en la Cámara para forzar al DOJ a liberar todo el expediente Epstein ya alcanzó 218 firmas. ¿Verdad o maniobra política? En este juego de sombras, solo queda esperar más revelaciones —y quizás, un poco de justicia para las víctimas.
