Un avión de carga de la empresa UPS se estrelló este martes por la noche poco después de despegar del Aeropuerto Internacional Muhammad Ali en Louisville, Kentucky, dejando un saldo preliminar de al menos siete fallecidos. El gobernador del estado, Andy Beshear, confirmó la trágica noticia y señaló que se cree que los tres miembros de la tripulación que viajaban a bordo se encuentran entre las víctimas mortales. El accidente, que ocurrió con el avión cargado con 144.000 litros de combustible para un largo vuelo hacia Hawái, provocó una violenta explosión y una enorme columna de humo negro que se elevó sobre la ciudad.
La tragedia no se limitó a la pista. La aeronave, un modelo MD-11F, se estrelló contra un negocio de autopartes y una planta de reciclaje de petróleo cercanos, causando al menos 11 heridos con lesiones “muy graves” y dejando a dos trabajadores en paradero desconocido. La peligrosidad de la escena, con combustible inflamable y riesgo de nuevas explosiones, llevó a las autoridades a emitir una orden de confinamiento para los residentes de la zona y a cancelar todos los vuelos de salida. Louisville, que alberga la sede mundial de UPS, es una “ciudad UPS”, donde muchos tienen amigos o familiares trabajando para la empresa, lo que ha multiplicado la conmoción y la solidaridad en la comunidad.
La investigación comienza en medio de la conmoción
Mientras los equipos de bomberos trabajaban para controlar el intenso incendio, las autoridades descartaron de momento que la carga del avión representara un riesgo de contaminación elevado. La Oficina Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha tomado las riendas de la investigación para determinar las causas del siniestro, aunque se ha hecho hincapié en que es demasiado pronto para especular. UPS, por su parte, emitió un comunicado expresando su profunda tristeza y suspendió las operaciones en su centro principal como muestra de duelo, mientras la ciudad comienza a procesar una tragedia que, en palabras de su alcalde, “nunca olvidará”.
